Este año buscamos realizar un cambio radical en la metodología de evaluación.
En el libro Consejos sobre la obra de la Escuela Sabática, Ellen White dice: “No deberíamos procurar imitar a las escuelas dominicales, ni tratar de mantener el interés ofreciendo premios. El ofrecer premios creará rivalidad, envidia y celos; y algunos de los más diligentes y dignos recibirán poco crédito” (p 203.1). Por lo tanto, sentimos la necesidad de apegarnos a los consejos proféticos y decidimos no puntuar las Experiencias ni las actividades generales del evento.
Todos los clubes, al momento de inscribirse, recibirán un máximo de 10.000 puntos. No será posible sumar puntos extras, pero sí existe la posibilidad de descontarlos. Cada Club tendrá otorgado su “galardón” cuando decida aceptar el desafío y participar del Camporí, pero será consecuencia de sus acciones (no participar de alguna Experiencia, descuidar el Sistema, indisciplina durante el evento, etc.) que puedan mantener ese premio intacto hasta el final.
Apocalipsis 22:12 dice que el Señor trae el galardón, pero, según lo que vemos en el Espíritu de Profecía, no es un galardón que va sumando mientras hacemos las cosas que el Señor nos pide. Por el contrario, va restando cuando no las hacemos. La Sierva del Señor expresa que cada mal acto que cometemos, cada pecado contra nuestra naturaleza moral, ejerce una influencia negativa o pérdida que la eternidad no podrá compensar: “La capacidad de disfrutar será menor en la vida futura debido al mal proceder y al abuso de las facultades morales en esta vida” (Ellen White, Cada día con Dios, 7 de diciembre). En estos conceptos se fundamenta la metodología de evaluación de este Camporí.
Mientras avanzaban, Josafat se detuvo y dijo: «Habitantes de Judá y de Jerusalén, escúchenme: ¡Confíen en el Señor su Dios y estarán seguros! ¡Confíen en sus profetas y tendrán éxito!”
(2 Crónicas 20:20)