Estamos a pocos meses de nuestro esperado Camporí, con la Comisión Organizadora estamos muy contentos de estar preparando este encuentro de conquistadores y líderes. Soñamos que todo cuanto se haga antes, durante y posterior al Camporí, sea para Gloria de nuestro Dios.

Así como los Israelitas, por mandato de Dios, se reunían en Jerusalén tres veces al año en santa convocación para festejar siete fiestas solemnes; soñamos con que el Campori sea también una santa convocación donde el nombre de Cristo sea exaltado, y la experiencia de salvación y santidad de nuestros conquis y líderes se fortalezca.

Así lo expresa la Profeta del Señor: “En estas asambleas anuales, los corazones de jóvenes y ancianos recibían aliento para servir a Dios, al mismo tiempo que el trato amistoso de los habitantes de las diferentes partes de la tierra reforzaba los vínculos que los unían a Dios y unos a otros. También hoy sería bueno que el pueblo de Dios; celebrara una fiesta de las cabañas, una alegre conmemoración de las bendiciones que Dios le ha otorgado. Como los hijos de Israel celebraban la liberación que Dios había concedido a sus padres, y también como los había protegido milagrosamente a ellos mismos durante sus peregrinaciones después de la salida de Egipto, así debemos recordar con gratitud los diferentes medios que él ideó para apartarnos del mundo y de las tinieblas del error y para llevarnos a la luz preciosa de su gracia y de su verdad” (Patriarcas y profetas, 523.2).

Anhelamos que el Camporí Maranatha sea un lugar donde celebremos las bendiciones de Dios y la liberación del pecado. Un lugar donde podamos prepararnos para contarle a otros que Jesús viene pronto.

Te mando un abrazo grande ¡Dios te bendiga!
¡Maranatha!